Canción de Primavera
Francisco Javier Larraín
21 de Septiembre de 2011
Este viernes 23, antes de que el sol apareciese
marcando el día, el planeta se ha ubicado en posición para determinar que la
primavera por fin ha llegado. La época del año donde la promesa de renaceres y
vidas posibles después de inviernos yermos es posible.
La primavera es lo que nos saca de casa, a muchos, y
nos encuentra con más tiempo y más tranquilidad en los lugares por los que
normalmente transitamos a paso rápido. Los niños juegan con menos restricciones
a las enfermedades que rondan a plenitud en invierno. Para los alérgicos no es
necesariamente la mejor época del año.
El panorama económico mundial se ve amenazante, no hay
respuesta consensuada en el conflicto estudiantil, no hay paz segura en Medio
Oriente. Pero se enseñorea la primavera, nuestro recordatorio que, como
especie, aún tenemos otra oportunidad de hacer las cosas sin esperar a que se
arreglen solas.
Será una primavera distinta, donde la conciencia de la
población, en una amplia mayoría, ha resistido los embates de los fríos
comunicacionales y las tormentas de las operaciones de las relaciones públicas.
No es menor que rebrote en primavera el movimiento estudiantil y sus demandas,
esperemos que pronto fructifique en quienes deben dar las soluciones. Nadie
espera que los cambios sean inmediatos, pero sí se saben posibles de modo
organizado y sistemático, puesto que el problema es de sistema, educativo y
social. El sistema educacional es una muestra del tipo de sociedad que nos
brindamos.
Es primavera; los muchachos que históricamente estaban
preocupados en qué lugares se embriagarían a finales de año, hoy están ocupados
en un futuro más serio. Ya no tendrán los fríos del invierno que hacen más duro
el resistir. Habrán marchado y probablemente también tendremos algunos desmanes
y tendremos por el otro lado la versión que impera el Estado de Derecho, por lo
tanto es deber del Estado garantizar que las personas puedan expresarse sin
tener que hacerse cargo ellos mismos de detener a los vándalos y desmanes.
Es una grandiosa época, es primavera, grandes ideas
pueden surgir y como pocas veces
semillas de constancia y sacrificio, y una real preocupación por el futuro de
la patria es el que hoy siembran un momento decisivo. Este es el mes donde se
prepara y discute la Ley de Presupuesto, es donde el Estado lanza semillas
donde se haga más práctico y patente el énfasis que la administración quiere
mostrar. Es lo que corresponde, no solo cuidar intereses de algunos,
hipotecando el futuro de muchos compatriotas, para ver cuánto se puede
especular en una burbuja financiera educacional de la que el Estado no siempre
podrá hacerse cargo como hasta ahora, por el sólo hecho que la función
exponencial de los intereses que personas, en aumento, que no pueden pagar. Ya no basta con puntos sobre el interés de los
créditos, urge cambiar el fondo del sistema, de uno segregador a uno
integrador. El clamor es ese, la primavera llega para dar más fuerza, ojalá con
una energía renovadora y creadora.
Es una bonita época, ideal para construir nuevos
destinos. Mejores destinos para todos quienes creemos que un pueblo educado en
sus talentos es garantía de un desarrollo sustentable.
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