lunes, 1 de julio de 2013

Hitler al poder a través de la democracia, ignorancia



Hitler al poder a través de la democracia, ignorancia
Francisco Javier Larraín S.
26 de Febrero de 2011

            Muchas veces en conversaciones con amigos y compañeros de trabajo, alguno por tratar de representar la noción de que gente poco presentable puede llegar al poder mediante sufragio suelta alguna noción que en realidad es sorprendente oírla en personas que tienen cierto nivel formativo. Invito a los lectores a dedicar algunos minutos mientras desarrollo la historia sin grandes complejidades, así ganarán el no repetir una falsedad.
            Hitler fue nombrado canciller en Enero de 1933, y su partido aliado con los nacionalistas en Marzo del mismo año obtuvo un 44% de los votos, enterando un 52% con la alianza obtenida. Nótese que la investidura de poder es anterior a la elección, puesto que desde 1930 Hindenburg gobernaba por decretos de emergencia, por lo que el parlamento no fue considerado en ninguna decisión importante en esa época.
Paul von Hindenburg gobernaba en el marco de la constitución de Weimar, vigente desde 1919 a 1933, que en su artículo 48 básicamente decía que podía hacer lo que quisiera sin dar explicación alguna. Por tanto, el mito del poder a través de la elección popular es falso, y además el marco general era autoritario, donde los cargos dependientes del sufragio popular no tenían gravitación alguna.
Se puede considerar que el partido de Hitler en Julio y Noviembre de 1932, en las últimas dos elecciones “libres” obtuvo 38% y 33% de los votos, correspondientemente. Pero, esto que aparece recordar épocas dolorosas en nuestra patria, queda diluido si sabemos que en las elecciones de Marzo y Abril, Hitler pierde las elecciones por la presidencia por un margen de 19.4 y 16.4 puntos porcentuales respectivamente . Así que, el verdadero poder, el de la presidencia, le fue vetado a Hitler por medios “democráticos”, incluso prohibiendo nuevos partidos y a la izquierda.
            El ascenso de Hitler ocurre con partidos políticos proscritos y una vez muerto Hinderburg, en Agosto de 1934, con campos de concentración operando desde 1933, para los “traidores” del ideal nazi, entre otros.
            Así que el tema de la “democraticidad” del ascenso hitleriano es, por su inexistencia, parte del mito.
            Quizá sea más sabroso saber, para el mito “democrático”, que fuese un espía a sueldo del ejército en Múnich, que básicamente se dedicaba a delatar compañeros de armas y reprimir a militantes de izquierda hacia 1919. En septiembre de ese año, era enviado a espiar a un partido que se sospechaba de izquierda, desconociendo que el Partido Obrero Alemán era un partido nacionalista, y acá, ante la idea de separar Baviera de Alemania para anexionarse a Austria, Hitler comienza a discursear ante el público asistente, que apenas alcanzaba a llenar una pequeña cervecería, y el 24 de Febrero (mi cumpleaños) de 1920 se dirigía ante seis mil personas, siendo quien controlaba el aparato de propaganda del partido.
            Recién en abril de 1920 Hitler abandona el ejército y renombra su partido a Partido Nacionalista Obrero Alemán, o partido Nazi. Ocupando veteranos de guerra para disuadir a los opositores, y más adelante a judíos, comunistas y socialistas con las SA. Entonces, más encima, llega al poder del partido a través del ejército y se mantiene en él gracias al matonaje más brutal: nada de democrático.

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