martes, 2 de julio de 2013

Hugo Chávez Frías, semblanza y reflexión. (Censurada)



Hugo Chávez Frías, semblanza y reflexión.
Francisco Javier Larraín S.
5 de Marzo de 2013

            Ha partido el presidente de Venezuela de esta vida, amado y odiado. Caricaturizado y divinizado por los medios, con Irán, Corea del Norte, Bolivia y Ecuador a favor (Eje del mal) y con USA e Israel en su contra (el otro eje del mal).
            En Chile se controla la percepción del público a través de los medios mayoritarios que replican comunicados del Departamento de Estado americano (mismo caso que Cristina Fernández), mienten sobre lo que dijo (he oído en inglés a la BBC traducir mal exprofeso lo que Chávez decía en castellano). Caía mal también porque, como buen caribeño de extracción popular, tenía esa entonación que nos resulta majadera y hasta insolente en un país templado (y apagado).
            Personalmente, no me gustan los militares en el poder con pasado golpista. Pero en el caso de Chávez veo a alguien que deja la carrera de las armas y electo, otorga de independencia efectiva a su país. Sabemos lo que significa cuando un país es independiente: se le tilda de comunista (mote clásico que sirve de cazabobos de la histeria) o de terrorista (pero eEl presidente de Colombia reconoce su papel en la tregua con las FARC), Chávez “gozó” de ambos motes. Aprendí de pequeño que cuando se moteja así a alguien es porque algo de razón lleva. Mal que mal, Irak y Libia estaban mejor con los malvados tiranos que pintaban acá.
            Eduardo Galeano afirmaba que quienes en realidad llevan al demonio en sí satanizaban a Chávez: para ellos fue un pecado hacer leer a dos millones de niños cuando asume, y también el dotar de médicos a los barrios periféricos que nunca habían visto uno antes que él asumiera.
Lo acusan de cerrar arbitrariamente una estación de televisión cuando en realidad no renovó la concesión a un canal que instaba a la sublevación armada durante todo el día. Sin embargo en Chile justifican la represión, torturas y abuso sexual que se hace con  niños y niñas por parte de carabineros cuando reclaman por un derecho humano mientras convenientes desmanes escasamente reprimidos se esgrimían en tribunales internacionales asumiendo las acusaciones. Hoy tropas norteamericanas en el Fuerte Aguayo enseñan la represión ilegal a civiles que vimos en Freirira y Aysén, en Venezuela se busca el bien de la mayor parte de la población. Se le cuestiona miserablemente el estatus democrático pero nuestro sistema electoral dista de ser el “mejor sistema democrático” como Jimmy Carter se ha referido del venezolano.
La solidaridad no sólo era con los propios de izquierda: a cambio de los médicos pagaba con petróleo a Cuba, pero también daba calor a los barrios pobres de Estados Unidos en invierno, gratis. Sólo un tarado pone límites de nacionalidad a la pobreza, Carlos Larraín dice que no recuerda a alguien más naturalmente inteligente que Chávez.
Acá cerramos la puerta a un presidente “indio” y votamos por algún millonario que juramos nos cautelará, o al menos, que tenga apellido europeo central no castellano. Sí, en Chile no tendríamos un Chávez, somos demasiado arribistas para aquello, lo que no nos hace más serios que Chávez, precisamente.
A los "demócratas" de derecha en Chile (Concertación y Alianza) les duele que el petróleo venezolano siga siendo venezolano, y que nuestras vergüenzas de tener privatizada hasta el agua se desnude como la traición a la patria que es.

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