La del garrote, añeja y miserable
Francisco Javier Larraín Sánchez
26 de Noviembre de 2011
Dentro
de mis años escuchando falsas razones que aparentan serlo hay una que me parece
autocastrante, y aceptadora de la propia corteza (rusticidad). La falacia
ad-baculum o del garrote siempre representa la doble cara: la del cobarde que
como último recurso recurre a la amenaza del ejercicio de su poder a través de
las represalias, o al menos, el recordatorio de que no tenemos el poder de
retrucar el argumento, o de resolver el argumento.
Para
el consuelo, les recuerdo que alguien que recurre a las falacias a) ha dejado
de pensar y no puede imponer un argumento sobre su calidad y/o b) supone que el
auditorio es bastante estúpido y puede disponer de ese recurso.
Ejemplo
habitual de uso de la falacia del garrote: “puede que tengas la razón, pero
recuerda que el jefe me escucha a mí y lo que dices me desagrada demasiado”.
Una derivación de la falacia del garrote es la razón de hecho: “no vas a salir porque
soy tu mamá y yo te lo digo”; la razón, que en realidad no lo es, se remite a
expresar una obviedad que no acepta cuestionamientos basada en una supuesta
superioridad de la obviedad frente al argumento, y que deja abierta la puerta a
represalias.
¿El que
ejecuta la falacia del garrote es el único responsable del éxito de ella? Salvo
que seriamente se pueda considerar el riesgo de opinar distinto, lo cierto es
que de adolescente recuerdo la falta de entereza y luces entre los distintos
representantes. La amenaza de que los militares volverían, que mañana mismo
saldrían los soldados a la calle si se cambiaba una coma a la Constitución, que
el “Mamo” en la cárcel generaría el fin del Estado de Derecho como había
anunciado Pinochet; esa cantidad de amenazas las ví no solamente proferidas
desde aquellos que las sentían propias… las oí como expresiones asumidas por
quienes se entendían como víctimas de esas amenazas cuando no eran más que
pamplinas. Aún recuerdo la pretensión de Chile ardiendo por los cuatro costados
si Pinochet no era liberado de inmediato; y pasó casi un año y medio…
Hoy la amenaza
que se nos profiere a nivel social es que si se reorganiza la estructura
impositiva para las empresas (con la Ley Cubillos podría descender hasta el 10%
real), que actualmente es un incentivo para la elusión del ingreso de las
personas, Chile tendría desempleo alto y reducción de la actividad económica
por que no se favorece la inversión (ergo, el incentivo a la elusión).
Curiosamente otros países con carga tributaria
alta se desarrollaron; sorprendería ver desarrollo sustentable (Asia no lo es)
en países que no tienen una carga impositiva mayor. Suelen responder que
afectaría el PIB, y eso sería importante de no ser porque, en realidad,
afectaría el PIB de quienes eluden, y por eso se notaría mucho a nivel nacional
(poca gente, obscena riqueza).
En su casa,
trabajo, bus y a nivel nacional se nos
presentan razones que no lo son, en realidad. Si no puede eludir la amenaza, no
hay mucho que hacer, en realidad. Pero cuando lo amenacen con algo que insulta
la inteligencia, además del amor propio, opte por una actitud desconfiada. No
hay nada como vivir lo más ajeno posible de histerias que se nos tratan de
mostrar como de nuestra conveniencia.
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