lunes, 1 de julio de 2013

El universo está a mi favor.



El universo está a mi favor.
Francisco Javier Larraín S.
19 de Mayo de 2011
  
Escribo esto a varios kilómetros de ninguna tierra firme. Voy más rápido de lo que conscientemente he ido jamás. El avión se ha movido algo, voy en avión camino a Europa. Cruzar “el charco” para debutar en aviones es mi viejo estilo de asesinar mis miedos de manera brutal. Un estilo incomprendido pero que me ha servido para avanzar.
Mientras preparaba este viaje a mi cabeza llegaban momentos de antes, de mis otras vidas, de pellejerías y de mañanas en colegios municipales. Momentos en los que a nadie, ni a mí, pareció importarle mi futuro. Volar en este instante es una manera de asumir que esas vidas quedan atrás y que ahora comienza otra vida.
Pienso en las vidas más nuevas que he comenzado a vivir: casado y padre son las que más me estimulan. Hace un tiempo también he comenzado a disfrutar de la amistad que desinteresadamente me entregan personas que potencian mi destino. Antes tuve buenos amigos, es cierto, pero fue en una vida que no mejora mi autoestima y autoimagen.
Un tipo que ha inspirado buena parte de mi andar dice que el universo está a su favor en una de sus canciones, cuesta asumirlo como cierto cuando ha cumplido un año en estado de coma porque se le hacía necesario el consumo de cocaína y sildenafil para sostener una relación con una chiquilla muy menor. A pesar del precedente del gran músico, el universo conspira a favor cuando uno tiene que esforzarse un poco en darse cuenta que, a pesar de que muchas veces en realidad no es así, de todas maneras hay ámbitos de la propia vida que uno puede optar, pareciendo que el destino parece curvarse sobre uno.
La llamada inesperada de un amigo que se echa de menos, es la certeza de saber que algo bueno que se intuye termina pasando. Sólo se necesita ser más responsable con lo que llega, y con uno mismo, que es el actor de la vivencia. El único tributo a pagar para estar acá fue y será una dosis importante de esfuerzo, que pagaré gustoso.
Hoy vivo que todo se ha dado para poder estudiar algunas semanas en Europa: una esposa que me apoya y me estimula a seguir adelante; un jefe que me estimula a seguir perfeccionándome, amigas y amigos que me desean bien y me ayudan a salir de mi cascarón, y compañeros de trabajo que me hacen ver su orgullo. Hoy no vuelo solo, estoy con mucha gente que me puso en este vuelo. Me tendrán rindiendo académicamente, paseando por lugares que apenas me atreví a soñar. Me acaban de decir que se me abre no sólo París, Londres y Madrid, aparece en perspectiva Roma (no es la gran cosa pero sirve para ver).
El destino, la Providencia, la suerte, o el universo me han puesto acá. Todo se dio, las cosas ocurrieron y me encuentro acá, pensando en una confesión para aquellos lectores de este medio que puedan preguntarse dónde me he metido. Pues bien, algo iré contando desde el viejo continente, con más reflexión que esta ducha de sensaciones y emoción atrapada. Ya estaré completamente de vuelta, conmigo y con ustedes.

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