martes, 2 de julio de 2013

Ratzinger y el freno en el Banco Vaticano



Ratzinger y el freno en el Banco Vaticano
Francisco Javier Larraín S.
16 de Febrero de 2013

            El viernes pasado comenté sobre el Banco Vaticano y que el papa Ratzinger asumió la titánica tarea de reformarlo tras décadas de tratos con lo más detestable de la sociedad. La renuncia, en la fecha aniversario del reconocimiento del Vaticano por parte de Italia, sigue generando reacciones.
            El  mismo viernes pasado Benedicto XVI nombró un nuevo presidente para el Banco Vaticano, el IOR (Instituto para las Obras de Religión). La plaza que dejó libre el 24 de Mayo de 2011 Ettore Goschi Tedeschi (Opus Dei, de familia numerosa), quien tenía como encargo de Ratzinger sincerar la situación de las cuentas vaticanas para cesar la presión de USA sobre la oscuridad de los orígenes de los fondos depositados. Pero, en el intertanto, Tarcisio Bertone quería desviar fondos al hospital de un amigo, cosa que a Benedicto y a Goschi Tedeschi no les parecía. Finalmente, a través de la insidia y el acusar falsamente, Bertone, a través de Marco Simeon (director de la RAI Vaticano)  logra despedir al director del Banco, a consecuencia de esto USA declara al Banco Vaticano como plaza de lavado de dinero para tráfico de armas, drogas y del terrorismo. El banquero entregó copias de documentos en caso de aparecer convenientemente muerto; pero como Dino Boffo, sólo cayó víctima del rumor de Bertone asociado a alguien con un serrucho afilado. O como Monseñor Carlo María Viganò, quien le pide a Ratzinger mantenerlo para frenar la corrupción en adquisiciones, pero Bertone lo “promueve” a Estados Unidos.
            ¿De dónde vienen estas afirmaciones? De la filtración de documentos del secretario del papa, Paolo Gabriele. Vendió textos a medios y periodistas, fue condenado, pero Benedicto le absolvió. Los documentos nos vienen a dar cuenta de la soledad en la que el papa saliente se encuentra. La curia, que gobierna los últimos años de Juan Pablo II, y tomaba el poder de varios asuntos no está de acuerdo en la transparentación de la Santa Sede y mucho menos de su Banco. Ratzinger pone a Bertone porque se conocían en la Congregación para la Doctrina de la fe, era más extrovertido que él. Y eso hizo que lo usara como rompehielos y persona en la que podía descansar.
            El caso, es que Benedicto nomina a una persona con gran entereza en la dirección del Banco Vaticano, el alemán Ernst Von Freyberg, caballero de la Orden de Malta (logia más poderosa que la P2 o la P4 que opera en el Vaticano hoy) y constructor de buques de guerra (negociar con gente que amenaza o tiene poder es lo suyo). Benedicto, como uno de sus últimos gestos, ha quitado la llave del dinero a Bertone.
            Cuando el 28 de Septiembre de 1978 muere Juan Pablo I muchos observaron el hecho de haber indicado que la iglesia debía estar con lo que sufrían y que iniciaría investigación sobre el Banco Vaticano. Benedicto supo no correr la misma suerte (aunque toma riesgos quedándose a vivir en Roma), y von Freyberg seguramente no correrá la suerte de Roberto Calvi (ahorcado con ladrillos en sus bolsillos), o Michele Sindona (café con cianuro).
            Benedicto cierra su pontificado llamando a instaurar de una vez el Concilio Vaticano II, trabajo de prelados que impone control al papa a través de las comunidades católicas del mundo. Seguramente nada de lo anterior habría ocurrido, quizás este sea el momento, aunque por quienes irán al cónclave poco probable.

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