lunes, 1 de julio de 2013

Un Extraño Homenaje



Un Extraño Homenaje
Francisco Javier Larraín
11 de Junio de 2012

            Muchos alumnos con los que comparto horas de clases en Rancagua me pidieron opinión sobre el homenaje a Pinochet, guardé silencio en honor al aula y a una cuestión que por prudencia me parecía que no todo estaba claro de ese homenaje.
            No me parecía prudente caer en el juego de la libertad de expresión con el que algún maniqueísta siempre aparece haciéndose hasta el culto y democrático. No me cuadraba la idea de honesta manifestación que pretendiese recibir culto a alguien que siempre culpó al resto de sus tropelías y se atribuyó medallas que no ganó. Debía haber algo más…
Hoy sabemos que el homenaje se digitó desde la cárcel por quienes aparecen condenados por asesinatos o secuestros permanentes en muchos casos, el documento de intervención de exagentes de inteligencia se redactó hace meses y se filtró hace uno demostrando que no se cumplieron los reglamentos de prisiones en Chile (ocupando telefonía móvil desde la cárcel como los estafadores de la peor calaña). Raro hubiera sido que se articulase un homenaje en virtud de un “documental” que ganó un premio en un “festival” que consistía en la exhibición privada de dicho film: documental y festival son completamente inexistentes en sí. En ese momento queda en evidencia la inexistencia del motivo de reunión desnudando que siguen operando aquellos que asesinaron a personas detenidas y esposadas que no ofrecían resistencia alguna.
Entonces, si no era espontáneo ni honesto, gestado en la ilegalidad y en completa armonía con lo que describo previamente no era en sí un homenaje: era un happening o instalación para lograr otros fines, es decir, nada de libertad de expresión era lo que estaba en juego acá. Nunca se trató de Pinochet,  ¿por qué ese grupo de exagentes rendirían tributo a quién los abandonó a su suerte? Debía tratarse de otra cosa, por supuesto más de un incauto creyó que se trataba de libertad de expresión, propia o ajena. No, fue una operación de inteligencia que buscaba otros fines usando la imagen de fallecido dictador para conseguir apoyo de los propios, y resistencia de los adversarios. Seguramente el hecho es buscar libertad, que es de lo que más se han quejado.
            La pregunta que cabe hacerse es un poco más difícil ¿Por qué, si hace más de un mes se sabía que Álvaro Corvalán (condenado a varias penas aflictivas) había fraguado hace meses ese acto como una operación de intervención social, se le dio el apoyo desde el Poder Ejecutivo y el Judicial pretendiendo que este operativo de inteligencia militar constituía un acto de Expresión Civil? La sociedad nacional y de la Región no pueden estar ajenos a situaciones como éstas: las consecuencias sobre las libertades civiles, los sucesos en contra de los intereses de los ciudadanos muchas veces surgen de aquello que se espera con mano escondida.
Nerón y los Cristianos, Hitler y los comunistas, Hinzpeter y el pakistaní (y los estudiantes movilizados), Peña y los anarquistas son ejemplos de la estrategias que buscan a la población buscando verdad en lo representado pero no en los hechos, lo bueno es que terminamos por conocer la verdad, pero sufre gente en el intertanto.
            Sería bueno, entonces, que los representantes democráticamente electos no justificasen falsos homenajes y cautelen mejor el Estado de Derecho. No puede ser que un ciudadano de a pie como yo lo tenga más claro que aquellos en el deber de cautelar mis libertades, no hay excusas.

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