lunes, 1 de julio de 2013

Vacaciones con Sentido



Vacaciones con Sentido
Francisco Javier Larraín
18 de Diciembre de 2010

            Se nos vienen días más descansados y pasarla bien es la consigna para esta temporada, estoy de acuerdo puesto que nada merece más la gente que un descanso junto con el esparcimiento necesario. El punto es lo que entenderemos por pasarla bien, una temática que en las cátedras de Orientación Familiar da pie a conversaciones muy ricas puesto que se busca potenciar es una persona lo más entera en sus capacidades.
            Me nace la inquietud sobre esto de “pasarla bien” quizá desde lo que recuerdo de filosofía aristotélica, donde las personas (que no son perfectos como los dioses, y que deben estar por sobre las bestias para no serlo) están “condenadas” a llevar una vida lo más enaltecida posible desde las capacidades intelectivas y la convivencia social.            De mis años de trabajo en terreno en Santiago me di cuenta que en los domicilios de sectores medios y populares escasean libros, revistas y diarios. Da pena que la idea de lo aburrido se extendiera sobre cosas que no lo son. El adiestramiento habitualmente ocurre sin mucho cuestionamiento y un acostumbramiento pasmoso, lo sabemos desde las Ciencias Sociales.
            Se nos enseñó que el pasarla bien era entrar en la negación de la idea de ser más que sólo un estudiante, trabajador, etcétera. Es la negación completa de lo que cada persona es, basta ver los niños con su boca y atención abiertas a los “contenidos” de la televisión, trabajadores que su familia no ha visto en todo el día y que después de llegar a casa y compartir en la mesa enciende la televisión para ser arrullado en el sillón de la casa. Vaya culmen evolutivo.
            Durante el año laboral, en nuestra sociedad racionalizada, que mide en virtud de la producción que podamos demostrar en una pequeña parte de nuestro infinito potencial (amo en su exigencia y variedad mi trabajo), la gente queda atrapada de cuerpo y consciencia de sólo un espacio de desarrollo personal. Las vacaciones son precisamente el período del año en el que somos libres de poder elegir qué ámbito de nosotros podemos cultivar sin tanto ahogo. Idiotizarse es rendirse, el poco espacio de libertad se entrega para olvidar cualquier otra expresión individual que no sea estudiar o trabajar, olvidar que somos más y que merecemos más. “Borrarse” para no ser.
            Junto con lo anterior, es sabido que para mantenerse lúcido se deben tener “aceitados” los enlaces neuronales. Por ello reconozco el esfuerzo meritorio y necesario que hace “El Tipógrafo”, un medio que otorga tanto espacio a la reflexión no es un mal compañero, si bien no es literatura “cabezona” es un regalo necesario cuando leer es un ejercicio que se fomenta poco, incluyendo la excusa habitual de lo caro que es, siendo que hace un año sólo quedaban 3 comunas sin biblioteca pública, que hay clásicos que al ser impresos no se viola ley de propiedad alguna, y existen mil salidas a esto..
            Invito entonces a la gente a desarrollar su propia emancipación, no es necesario leer todo el día. De hecho, lo que es necesario es que ahora que se abren las rejas no se queden en su celda con la televisión o el carrete, que están bien, pero no puede ser todo. El sentido de las vacaciones es uno mismo.

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