Y luego una sencilla persona va a la cárcel
Francisco Javier Larraín Sánchez
2 de Marzo de 2012
Durante algunas semanas he tratado de procesar en mi racionalidad
asaeteada por mi emotividad un asunto que me toca de cerca, y que me ofendió en
su origen. Esto lo publiqué cuando el sistema que garantiza la inmensa
injusticia fue puesto en funcionamiento. Iré exponiendo la historia de la
situación para finalmente evidenciar en lo que me toca, y en lo que les puede
tocar.
Hace unos años atrás se implementó
en Santiago un sistema de transporte urbano, en contra de la población, incluso
destruyendo el plan original que personal experto diseñó. A sabiendas que
provocaría un daño moral a los habitantes, millones de ellos.
Una vez impuesto se llegó a
determinar que el sistema arrojaba pérdida, se insistía en la alta evasión a
pesar que el AFT (Administrador Financiero, compuesto por bancos) mostraba un
crecimiento exponencial de las cargas Bip! (monedero electrónico). Contraloría
determinó que cerca de un 3% de los pagos en micros podía entenderse en qué
línea se hizo. Entraba dinero pero no sabían repartirlo a ciencia cierta, pero
de esa ineptitud se eligió culpar a la gente: la evasión hizo que las víctimas
fueran culpables de sus males. Incluso con Contraloría diciendo que no era
verdad.
Se le entregó un 2% constitucional
al sistema, que reciben los bancos del AFT, más un crédito de 400 millones de
dólares solicitado al BID. Los encargados del Estado de Chile, sin justificar, entregaron
una cantidad astronómica por un servicio que no
se daba.
Un crédito internacional que se toma y oficialmente no hay cómo pagarlo,
ni sus intereses es siempre un rendimiento de soberanía y de recursos
naturales. El BID pasó 40 millones más para implantar el sistema en regiones
como condición.
Se nos dijo que no se podía cambiar el sistema porque el contrato contemplaba
multa por ello, sabiendo todos que no se cumplía. La manipulación habitual de
que nos hacen daño por que descubren que es inevitable.
Hoy, la gente que endeudó al Estado
de Chile, para entregar fondos públicos sin control a privados, dañando la vida
de millones de personas, están libres. Dejando como asunto de mercado una
cuestión estratégica para el desarrollo nacional, tanto como la educación, las
comunicaciones, la salud y la mantención digna de comunidades en regiones
aisladas, entre otras. Traición a la patria se le llama en otros lugares.
Se bajaba a personas de la movilización (funcionario público le
trabajaba a empresa privada), en base a delitos que no existían. Con dineros de
la República se hicieron obras públicas para que lucrasen las empresas de
transporte, poniendo contra la pared a los colectiveros. Igualmente, no
cumplían.
Sonda (soporte tecnológico), que plagió
el sistema y no funcionó a cabalidad (Contraloría dix it) nunca recibió
sanción, se le premió incluso monetariamente por no hacer su trabajo en el
momento.
Mi hermana no pudo pagar su tarjeta hace
unas semanas, es estudiante, y a pesar del compromiso de 2006, en verano no hay
tarifa escolar (no ha dejado de serlo), y fue sorprendida por un fiscalizador.
Un carabinero la citó al Juzgado, ella por desconocimiento y estar a cientos de
kilómetros le solicitó a mi madre ir a pagar la multa, no se permitió. Ahora mi
hermana debe ir a la cárcel por 5 noches, y quienes dilapidaron
injustificadamente, están libres y millonarios. El compromiso del Estado es
imponer el sistema en regiones, prepárense.
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