lunes, 1 de julio de 2013

Y luego una sencilla persona va a la cárcel



Y luego una sencilla persona va a la cárcel
Francisco Javier Larraín Sánchez
2 de Marzo de 2012

Durante algunas semanas he tratado de procesar en mi racionalidad asaeteada por mi emotividad un asunto que me toca de cerca, y que me ofendió en su origen. Esto lo publiqué cuando el sistema que garantiza la inmensa injusticia fue puesto en funcionamiento. Iré exponiendo la historia de la situación para finalmente evidenciar en lo que me toca, y en lo que les puede tocar.
            Hace unos años atrás se implementó en Santiago un sistema de transporte urbano, en contra de la población, incluso destruyendo el plan original que personal experto diseñó. A sabiendas que provocaría un daño moral a los habitantes, millones de ellos.
            Una vez impuesto se llegó a determinar que el sistema arrojaba pérdida, se insistía en la alta evasión a pesar que el AFT (Administrador Financiero, compuesto por bancos) mostraba un crecimiento exponencial de las cargas Bip! (monedero electrónico). Contraloría determinó que cerca de un 3% de los pagos en micros podía entenderse en qué línea se hizo. Entraba dinero pero no sabían repartirlo a ciencia cierta, pero de esa ineptitud se eligió culpar a la gente: la evasión hizo que las víctimas fueran culpables de sus males. Incluso con Contraloría diciendo que no era verdad.
            Se le entregó un 2% constitucional al sistema, que reciben los bancos del AFT, más un crédito de 400 millones de dólares solicitado al BID. Los encargados del Estado de Chile, sin justificar, entregaron una cantidad astronómica por un servicio que no  se daba.
Un crédito internacional que se toma y oficialmente no hay cómo pagarlo, ni sus intereses es siempre un rendimiento de soberanía y de recursos naturales. El BID pasó 40 millones más para implantar el sistema en regiones como condición.
Se nos dijo que no se podía cambiar el sistema porque el contrato contemplaba multa por ello, sabiendo todos que no se cumplía. La manipulación habitual de que nos hacen daño por que descubren que es inevitable.
            Hoy, la gente que endeudó al Estado de Chile, para entregar fondos públicos sin control a privados, dañando la vida de millones de personas, están libres. Dejando como asunto de mercado una cuestión estratégica para el desarrollo nacional, tanto como la educación, las comunicaciones, la salud y la mantención digna de comunidades en regiones aisladas, entre otras. Traición a la patria se le llama en otros lugares.
Se bajaba a personas de la movilización (funcionario público le trabajaba a empresa privada), en base a delitos que no existían. Con dineros de la República se hicieron obras públicas para que lucrasen las empresas de transporte, poniendo contra la pared a los colectiveros. Igualmente, no cumplían.
            Sonda (soporte tecnológico), que plagió el sistema y no funcionó a cabalidad (Contraloría dix it) nunca recibió sanción, se le premió incluso monetariamente por no hacer su trabajo en el momento.
            Mi hermana no pudo pagar su tarjeta hace unas semanas, es estudiante, y a pesar del compromiso de 2006, en verano no hay tarifa escolar (no ha dejado de serlo), y fue sorprendida por un fiscalizador. Un carabinero la citó al Juzgado, ella por desconocimiento y estar a cientos de kilómetros le solicitó a mi madre ir a pagar la multa, no se permitió. Ahora mi hermana debe ir a la cárcel por 5 noches, y quienes dilapidaron injustificadamente, están libres y millonarios. El compromiso del Estado es imponer el sistema en regiones, prepárense.

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