martes, 2 de julio de 2013

Jorge González y el concepto del arte



Jorge González y el concepto del arte
Francisco Javier Larraín S.
28 de Febrero de 2013

Después de la última presentación de Jorge González en el Festival de Viña comenzaron a aparecer en la prensa de corriente central críticas sobre lo que debe hacer un artista o de lo que se hace para respetar al público. Claro que varios de los críticos son conocidos participantes, posicionadores o asesores de campañas de los aludidos por González Ríos. Incluso, comenzaron a hacer el loco declarando lo que era el arte…
Desde la Antropología, una de las ramas de las Ciencias Sociales, se define Arte (según Cassirer) como aquello que hace la humanidad para representar su realidad (material o mental, hay que acotar). Es decir, el arte, pese a lo que muchos puedan pensar desde otras escuelas de pensamiento no científicas no es el embellecimiento de la realidad o la búsqueda de la belleza, puesto que conceptualizarlo y evaluarlo de manera cosificada es imposible.
Jorge González cuando hace un show normalmente recurre a la realidad más material en sus primeras composiciones para ir pasando a declaraciones sobre mundos íntimos que ocurren donde la masa no llega pero son, sin embargo, reconstruidas en sentidos que otorgan ese peso de lo personal para muchos (Disco Corazones y su primer disco solista). Sus composiciones han pasado de lo material a lo espiritual en muchos pasos, si se quiere mirar desde esa perspectiva.
En Chile que un artista tenga opinión de la realidad de su polis es bastante escaso, muchos que pasan por avezados progresistas no pasan del eslogan en entrevistas más largas. La música de González no es separable de su letra (cantada y discurseada), asumir que no podrá expresar de modo más terreno lo que Cerati dice en lenguaje huidobriano entre canción y canción es miserable con el artista. El show es todo lo que ocurre, no hay tal cosa como aprovechamiento de la tribuna para despotricar, es un fenómeno integral. Un artista que compone sobre la polis es coherente cuando habla de ella.
 La música pop es también un bien de mercado, y para ello esas canciones que resuenan en la gente que la elige dentro del esquema tiene legitimidad, lo que es un problema de la consistencia del sistema, y no del exPrisionero que juega con las reglas que se le dan. Por ello es que se comete una deshonestidad cuando se exagera aquello polémico en vez de considerar la integralidad de lo entregado como fenómeno, desde la llegada a las instalaciones donde se produce el evento, lo que ocurre sobre el escenario y cerca de él. Es exactamente la propuesta de él, la consistencia de lo que vive dentro y fuera del escenario, incluso en épocas dolorosas seguía siendo penosamente consistente.
Lo que me llama la atención del ambiente que cree saber de artes y estética, pero que asesora y apoya a la clase política que potencia en lo profundo lo contrario, es que trate de invisibilizar la situación pendiente con Bolivia, el punto donde González argumenta bastante bien (pero es desconocido de manera masiva y ocultado en la historia que se enseña en los colegios), donde parece retornar el fantasma de las operaciones de Falsa Bandera como las que vimos en las calles de nuestro país el 2011. Ojalá González, humano como es, se equivoque esta vez.

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