El Gurú de Nadie
Francisco Javier Larraín S.
01 de Agosto de 2012
Hace unos días atrás amigos, en distintos lugares, a
partir de mis críticas en mis perfiles de redes sociales y las columnas que me
publica amablemente este medio, comenzaron a deslizarme una pregunta que me
escalofrió… ¿Por qué criticas y no propones algunas alternativas de solución en
tus columnas o publicaciones?
Me negué en redondo: la problemática compleja impide
entregar soluciones serias en poco espacio y además, no me corresponde. Mi
misión no es decirle a la gente lo que debe hacer, prefiero sacudir la cómoda
cajita de realidad en la que se encierran muchos. Cuando denuncio abusos de
quienes deben protegernos o explico que el sistema sirve a un puñado de personas
realmente no estoy más que buscando generar esa inquietud que libera, y que me
liberó en su momento: entender que las cosas no son tan dulces como se nos
presentan.
Tanto se han privado las certidumbres que se buscan en
cualquier lado, desde Salfate a las hermanas Peña. Me tocó también, pero no lo
quiero.
Amabilísimo lector: si en algo puedo tomarme la
atribución de indicarle alguna acción le sugiero que siempre ejecute su pensamiento
adulto. Esto es, practicando el pensamiento analítico (capaz de entender las
partes que componen un problema organizándolas) y crítico (evaluar qué se cree
y por qué se cree; tratando de armonizar las creencias, el conocimiento y la
acción). En síntesis, no crea a priori en lo que le dice la televisión, los
diarios, internet. Ni a mí, hágalo (si quiere) cuando haya podido conocer y
luego tome usted las decisiones, pero informado, siendo adulto.
Nuestro esquema social, económico y político se funda
en que la capacidad de pensar analítico-críticamente sea lo menos empleada
posible. Le puedo asegurar, que aquellos egresados de muchas carreras asociadas
a la percepción y la conducta humana hemos estudiado también el cómo generar necesidades
y el que usted diga cosas que en realidad no son las que le sirven. Le puedo
asegurar que miles de psicólogos, sociólogos, periodistas, relacionadores
públicos, antropólogos, ingenieros en márketing, entre otros, trabajan en
contra de usted desde muchas empresas y oficinas de gobierno. Mi ventaja es que
no se me pide que trabaje en contra de la población.
Se nos manipula, le
puedo asegurar que se estudia el cómo decirle las cosas para que usted acepte
ganar un sueldo miserable (105 mil millones de dólares tienen los empresarios
chilenos en paraísos fiscales), comprar algo que no necesita (con dinero que no
tiene) y votar por alguien que a todas luces no tiene ánimo de representarlo.
¿Usted cree honestamente que el reggaetón libera a los jóvenes al evitar que se
organicen y piensen por sí mismo en algo más que sus instintos primarios? Hasta
partidos de fútbol y el Festival de Viña aparecen en los diseños de la DINA recientemente
filtrados para distraer a la población. Parte del problema es que la población
se acostumbró a no pensar y a ver como de mal gusto tener una conversación
neuronada, incluso se la evita como si fuese de buen gusto arrancarse de
pensar.
El problema va a seguir
existiendo si la gente continúa esperando que le arreglen la vida con
productos, candidatos, alimentos, películas, bonos, “música”, modas, etc. No
espere que aquellos que organizan la sociedad en contra suya le digan qué hacer.
Ser adulto es una gran misión que nunca termina, por su bien, piense.
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