lunes, 1 de julio de 2013

De la imprenta a la red, los cambios servidos para la gente



De la imprenta a la red, los cambios servidos para la gente
Fran cisco Javier Larraín
30 de Enero de 2011

Normalmente no pensamos en que la imprenta, que acelera notablemente la capacidad de copia y publicación a niveles no vistos hasta las modernas impresoras tiene poco más de quinientos años, mucho menos estamos conscientes que tiene injerencia en lo que ocurrió en occidente.
Gracias a la imprenta se filtró a la población la Biblia, que el obispado de Roma prohibía leer, esto proveyó de mayor fondo a la Reforma Protestante de Martín Lutero y la Contrarreforma Católica, especialmente a través de los jesuitas. La principal enseñanza de ambos movimientos estuvo en que ahora se podría salvar el creyente a través del conocimiento de las escrituras, leer era la consigna para salvarse.
La imprenta fue el detonante no sólo de la búsqueda de salvación espiritual, fue también el medio que se usó para la fundación de los estados nacionales a partir de la propagación de las ideas de libertad y de pueblo como soberano eligiendo a un mandatario que no es el que manda, es el mandado por el pueblo.
Así entonces, después de la imprenta, comenzamos a tener alfabetización, países y, más o menos, democracias. Quizá Gutenberg no tenía en mente lo que iba a ocurrir tras de eso. En una de esas la idea de ser considerado alemán no le atrajese. Menos que la gente pudiera derribar un gobierno que era considerado herencia divina inmutable.
En esta última quincena Túnez, Egipto, Yemen y Gabón (países con menos desigualdad que Chile según Naciones Unidas, pero muy tiranizados) han vivido procesos de luchas internas para hacer caer a quienes se lucran del trabajo ajeno con la excusa de gobiernos de salvación y/o seguridad nacional. Hasta acá, suena bonito, sospechosamente parecidas a las revoluciones de colores que cambiaron tiranías por otras tiranías.
Lo que llama la atención, particularmente en Egipto, es que el gobierno que ostentaba Mubarak como medida de control lo que hace es desconectar la red y la mensajería de los teléfonos celulares. Normalmente lo que se hace para controlar a la población es darles internet y mensajería para que se desahoguen virtualmente y no se manifiesten. Pero el caso egipcio logra sentar un precedente: cuando ya es demasiado el espacio para distraer a la masa puede ser utilizado contra los que dirigen los destinos.
Quizá es una buena idea que la población de occidente vuelva a ser ciudadana de pleno ejercicio, y utilice estos medios de control como medios de expresión. En todo caso, en el caso egipcio, todo parece indicar que la libertad no es lo que va a llegar, puesto que el extremismo islámico se ha posicionado mejor, habiendo destruido reliquias de los museos durante las noches de revuelta. No hay que olvidar, que así como hay quienes gustan de leer y pensar, hay otros deseosos de formar piras con libros y de aplicar bastonazos en cráneos.
Se inflama África y yo pensando en la historia de las comunicaciones y en el destino del conocimiento. Un medio de comunicación como este, aún de carácter regional, refleja precisamente esa construcción que hace el espíritu humano en búsqueda de ser más y mejor, tantos anhelos para seguir creyendo en la especie me hace querer confiar, incluso en el destino de Egipto y de los medios de comunicación.

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